lunes, 22 de marzo de 2010

Porque el pasado siempre vuelve...

Un día te despiertas, y lo haces con ganas de cambiar todo lo que ocurrió en el pasado. Piensas en lo que te ha pasado durante todo un año, las cosas buenas, las no tan buenas, y sacas tus conclusiones.
Empiezas a pensar en esas cosas buenas, y te viene a la mente un recuerdo, un recuerdo de un 17 de Junio de 2009. Cierras los ojos y lo ves, como si fuese ayer, estás ahí justo en la boca de metro despidiéndote de un amigo, un amigo al que no volverás a ver, del que no volverás a saber. Ves como baja las escaleras, como gira su cabeza para decirte por última vez adiós. Cuando ya le pierdes de vista rompes a llorar, nunca más volverás a verle. Dos días junto a él, los más intensos, has disfrutado de su compañía, has reído como nunca junto a él, y ahora sabes que ya nunca lo vas a repetir, que ya nunca le vas a volver a ver.
Llegas a tu habitación de hotel, sigues llorando esa persona es alguien muy especial para ti, alguien a quien no vas a poder olvidar, un gran amigo. Sales a dar una vuelta por la ciudad, sin parar de pensar en él, en esa tarde, en esos días. Vuelves a tu ciudad de origen triste, desolado, sin él, sólo con la esperanza de volver a verle algún día, aunque bien sabes que difícil va a ser.
Vuelves al presente, y te das cuenta que no es fácil vivir sin esa persona, no es fácil vivir sin noticias de él, pero ahora ya es tarde, tienes que seguir hacía delante, no olvidar todo lo que paso, todo lo que viviste junto a él, pero seguir adelante como si aún lo tuvieses a tu lado, porque así debe ser: Debes seguir viviendo.
Cierras los ojos y pones la canción, esa canción que tanto te recuerda a él, que tantas veces has escuchado junto a él, y que tanto te recuerda a él. Una lágrima cae por tu mejilla, la dejas caer, suspiras, y dices en voz baja: Siempre estarás aquí